Dicen, las malas lenguas, que romper un espejo le generará siete años de mala suerte. Cuano yo era niño rompí varios espejos, sin querer, y la cuenta que hice llegó hasta los treinta y dos años de mi vida. Tendré mala suerte hasta los 32 años, pensaba. Desde ese momento procuré tener más cuidado con cada espejo que tocaba, no he vuelto a partir ninguno desde entonces. A veces pienso que esas cosas son ciertas y que los agueros se cumplen. A veces pienso que todo depende de uno mismo. Y es mucho mejor pensar lo último.
30 jun 2013
25 jun 2013
Recorrido
No puedo decir que de repente sucedió porque no fue así. Pasó porque lo buscaba. Quería que sucediera. No estaba seguro que la manera en que estaba buscando fuera la correcta, pero tenía la idea de que por ese camino lo podía encontrar. Pasó muho tiempo para darme cuenta, y mucho más para hacer algo hacer algo al respecto. Y aunque todavía no he terminado, me siento bien porque voy por ese camino, estoy en él.
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