9 jul 2013

Mal traductor

Siempre he tenido la idea de que nuestro destino está dirigido por señales. Estas señales nos van indicando, a través de la vida, nuestro camino evitando que nos desviemos.

Sí, pienso mucho en eso porque mucha gente lo predica, mucha gente reconocida intelectualmente las ha expuesto y yo he yerminado creyendo.

Pero no deja de tener un toque de engaño, y hasta romántico, este tema de las señales.

Las señales están en todos lados, solo hay que saber verlas e interpretarlas. Es como la biblia, la salvación está en ella pero hay que saber interpretarla para que no termines matando a todo el mundo, como la iglesia católica lo ha hecho.

¿Cómo uno aprende a ver estas señales? ¿Puede uno confundirse con las señales, creyendo que son señales lo que realmente no lo son? ¿Hay señales buenas y malas? ¿Son estas dudas las de una persona que no sabe ver las señales?

Todas son preguntas válidas pero creo que la verdadera pregunta que hay que hacerse es: ¿Creo que existe el destino? ¿Está escrito? ¿Se puede cambiar o no?

O tal vez solo hay que retroceder un poco más y preguntarse si este cuento es el producto de un mal traductor.

Entonces si hubo un cuento que fue mal traducido ¿Quién lo escribió? ¿Y por qué y para qué?

No quiero perder más el tiempo pensando en estas cosas. Respuestas que nunca habrán (nunca digas nunca).

Por eso escribo esto aquí, para que estas palabras no ronden más mi mente y salgan a volar con el viento digital, a molestar a otro jejeje. Yo tengo que construir mi camino y luchar por él, dejar estos garabatos escritos en la pared esperando que algún día se borren con pintura nueva, o que la tumben.

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